lunes, 28 de diciembre de 2015

Los médicos y el dinero


Una de las facetas más complejas de la medicina tiene que ver con la relación entre los servicios médicos y su retribución.
La medicina es sobre todo una profesión altruista  destinada a ayudar al enfermo sea rico o pobre. (Oración de Maimonides)
En un extremo de la línea se encuentran opiniones radicales como la de Yersin: Yo no puedo cobrar a un paciente, es el equivalente de decirle: la bolsa o la vida.
Fiel a sus principios abrió un consultorio gratuito en laregion asiática donde trabajaba…que tuvo que cerrar luego por falta de recursos.
En el otro lado de la línea encontramos situaciones como la que se da en EEUU donde la asistencia se obtiene pagando un seguro, que muchas veces no cubre los tratamientos si exceden el tope contratado.
El público en general ve mal las reivindicaciones de los médicos por mejorar sus condiciones de trabajo o sus salarios, basta leer los comentarios de los lectores en la prensa cuando se trata el tema.

La gran mayoría no se atiende privadamente pero considera que están pagando los aumentos salariales con la cuota mutual..Y no es raro que aun nuestros amigos o familiares  digan con tono acusador que el valor mutual aumentó por nuestra culpa…

Una leyenda urbana muy popular hace años aparecía cuando íbamos a ver un paciente en el barrio (no existían las emergencias móviles en ese tiempo) y la familia nos recibía recordando a aquel doctor tan bueno, que no solo no cobraba sino que dejaba discretamente en la mesa de luz el dinero para los medicamentos.

Esa imagen que se me representaba como del siglo XIX de un personaje con galera que descendía de un carruaje tirado por caballos, llevando un maletín en la mano que  debía residir en una gran casona en el Prado, sosteniendo sus finanzas por una gran fortuna familiar..

Por otro lado, el público espera que el médico sea una persona por demás presentable, correctamente vestida y con un coche aceptable. Recuerdo que una pequeña mutualista de Montevideo  donde trabajé años ha despidió a una médica por lo demás muy competente porque realizaba sus vistas en una bicimoto…

En las noticias que hoy día llegan de manera instantánea por internet vemos que la remuneración de los médicos, sobre todos los del primer nivel de asistencia es deplorable tanto en América Latina como en muchos países de Europa.

Hace poco hubo una muy polémica huelga de los médicos de primer nivel en Inglaterra.

Uno de sus defensores la Dra. Nikky Stamp (cirujana de tórax) radicada en Australia cuyas reflexiones resumimos:
https://drnikkistamp.wordpress.com/

¿Por qué los profesionales médicos no pueden negociar y hacer reclamos por su salario como cualquier otro trabajador
¿Por qué no podemos pararnos a defender la verdad? 
¿Es aceptable que un medico tenga que trabajar 24 horas o más y ser responsable de lo que suceda? 
Hay más preocupación por el trabajo de los pilotos, los conductores de ómnibus y camiones.
La medicina es una profesión fundamentalmente altruista las personas nos e dan cuenta hasta qué punto los médicos se sacrifican para ayudar a sus pacientes.es una vida de sacrificio y un trabajo de amor por la gente y la pñrofesion.lamentablemente una parte del público ve a los médicos como elitistas, jugadores de golf que toman champagne. Eso no quita que haya gente que a través de su trabajo y sus meritos hayan adquirido una posición de privilegio a través  de extrema dedicación.¿Quien quiere será atendido por un doctor extenuado, cansado y  mal pago? Los derechos de los trabajadores no son solo para los obreros, o  los empleados son para todos.

Codigo de Etica Médica
 Artículo 38 –

El médico tiene derecho a:
a) Exigir una retribución justa, tanto cuando actúa en relación de dependencia como cuando ejerce en forma privada individual. En esta última, se informará de los honorarios previamente a la consulta.
 b) Asociarse libremente para defender sus derechos ante personas e instituciones públicas o privadas.
c) Recibir la solidaridad de sus colegas en caso de ser tratado injusta o indignamente.

Artículo 39º -

El médico tiene derecho a recurrir a la huelga como el recurso mayor de reivindicación. Una huelga médica será éticamente admisible cuando se avise a la sociedad con antelación suficiente y se le asegure la continuidad asistencial, así como la asistencia de los pacientes internados y las consultas urgentes e inaplazables.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Maltrato institucional-Imperdible nota de la Dra Ruiz

Frente al hostigamiento institucional: Dignidad, compromiso y solidaridad 

  http://draruiz.blogspot.com


A veces, tengo la sensación de que el maltrato y el acoso forman parte de una cotidianidad malentendida. Oímos hablar de maltrato en la pareja, de maltrato escolar o bulling, de maltrato en el trabajo o mobbing e incluso maltrato u hostigamiento institucional. Es tan habitual esta forma de comportamiento que ya la hemos "normalizado" a nivel individual y sólo en algunos casos se produce rechazo social a este hecho.

Cualquier forma de maltrato, incluso el más sutil, es reprobable y deberíamos preguntarnos qué pasa, por qué es tan común y cómo podríamos combatirlo. A nadie nos resultaría admisible el maltrato u hostigamiento a un paciente por parte de su médico, pues el enfermo siempre se encuentra en una situación de vulnerabilidad y asimetría moral, colocándole en una posición cuanto menos delicada. Pero por desgracia, el proceso a la inversa también ocurre y eso provoca una actitud defensiva, incómoda, cruel y con efectos devastadores en la adecuada relación médico-paciente. El médico al fin y al cabo es una persona que merece todo el respeto mientras  realiza su trabajo.

A toda esta maraña de conflictos se le suman en muchas ocasiones dificultades para trabajar en equipo, por la frecuente situación de mobbing entre compañeros o superiores. Un caldo de cultivo propicio para las divisiones internas que acaba por generar un ambiente lleno de dificultades y "queman" hasta al más pintado.

Pero quizá el más sutil y casi intangible maltrato es el institucional. Un maltrato que sufrimos los profesionales sanitarios a diario y del que ni siquiera se habla ni se pone sobre la mesa de ningún debate político, ni siquiera en la actual época electoral. El tema está ausente. Parece que al no hablar de ello no existe. Pero sí, si existe y su efecto es brutal porque mina el ánimo de cualquiera.

No es de recibo que no haya tiempo para poder atender a los enfermos adecuadamente. El reloj se ha convertido en uno de nuestros principales enemigos. Esto lo sufren a diario de una forma superlativa, los Médicos y Pediatras de Atención Primaria, pero doy fe de que también se da en Atención Especializada en los Hospitales. La sobrecarga asistencial provoca errores y mala atención médica y eso cualquiera con un mínimo sentido común lo entiende. La calidad asistencial está reñida con la cantidad. A todo esto hay que añadirle la burocracia excesiva, con vericuetos múltiples por donde se "pierden los papeles", por no hablar de la asignación de tareas que no le son propias.

Y me pregunto ¿no podemos hacer nada? Creo que todos tenemos una responsabilidad moral para atajar estos problemas y muchas veces somos los propios profesionales los que bajamos la cabeza, nos resignamos y no hacemos nada por mejorarlo. Si no lo hacemos, poco peso ético tendremos a la hora de quejarnos. A la vista está como ya he comentado pues ni siquiera estamos en el debate político pre-electoral. Simplemente hemos dejado de existir políticamente hablando. Os invito a leer este artículo del Dr Trujillo sobre el tema que habla de este silencio intencionado.

El maltrato institucional que padecemos se traduce, por ejemplo, en listas de espera internimables, en la imposibilidad de organizar una agenda de citaciones coherente y proporcionada, en la ausencia de interés por parte de las instituciones del trabajo que cada médico o del servicio realiza con la consiguiente desvalorización del profesional que se encuentra solo, en el cortoplacismo a la hora de determinar objetivos, algunos de ellos muy alejados de la realidad y con visión basada meramente en recortes económicos y en la conversión del paciente es un mero usuario de servicios, con encuestas de satisfacción políticamente dirigidas, en lugar de conocer a fondo sus necesidades e intentando buscar soluciones alternativas, sostenibles e innovadoras.

El maltrato existe y hay que decirlo alto y claro, sin demasiados tapujos. No es de recibo que los profesionales sanitarios estemos en esta encrucijada, porque no nos lo merecemos y nuestros pacientes menos aún. 

Nuestra profesionalidad es la que nos salva muchas veces y hace que saquemos adelante aún así a muchos pacientes, pero el precio que pagamos es alto y quemarse en este intento resulta ya demasiado fácil, créanme. A nadie le gusta sentirse ignorado de esta forma.
Invitaría a las instiuiciones a vestirse de "enfermo" por un día, a transitar las consultas, a hablar e intersarse por el trabajo que realizan sus profesionales "in situ", a que entraran en un quirófano o estuvieran un rato en las salas de espera, a colarse en una habitación del hospital y ver lo que ocurre, a quedarse en una Sesión Clínica, etc. Dignidad, compromiso y solidaridad son los valores más ausentes y necesarios para acabar con esta lacra.  Sin embargo, la realidad habla muchas veces por sí sola.