NI MAQUIAVELO!!!
“Des-animar a los médicos”, por Miguel Ángel
García
Ha caído en mis manos este texto, de una compañera que no
quiere aparecer en público por miedo a represalias (así andamos). Y no he
podido resistirme: comparto con ella la valoración de un texto que, con sus
palabras, paso a comentar.
Nunca había entendido cómo los modelos de gestión para las
empresas destacan la importancia del buen ambiente laboral, la motivación de
los trabajadores…, que para nada coinciden con los modelos que estamos viviendo
actualmente en la sanidad. Quizás la razón sea lo que comenta el Doctor Richard
Gunderman en The Health Care Blog, que paso a comentar en adelante.
Este médico comenta cómo un día que estaba en la sala espera
de los directivos de su hospital encontró por casualidad un documento que se
dejó olvidado un hombre bien trajeado. Se llamaba How to discourage a doctor.
En este documento se daban normas para aumentar el control de la empresa sobre
los médicos. A continuación, en cursiva y traducidas del original en inglés, se
destacan algunas de estas ideas.Refiere que los directivos hospitalarios, hoy
en día, están presionados para disminuir el coste, especialmente cuando hay que
dar beneficios, como ocurre en las empresas privadas. “Aunque el salario de los
médicos supone únicamente el 8% del gasto sanitario (eso en EEUU, en España
aproximadamente la mitad), se estima que las decisiones que toman los médicos
(como la medicación que prescriben, o sí realizan o no una cirugía, o cuándo
ingresar o dar de alta a un paciente…) influyen de forma decisiva, en alrededor
de 80% , en el presupuesto sanitario de un país. Por lo tanto, para mantener un
balance económico adecuado, los directivos de la sanidad necesitan controlar a
sus médicos”.
Uno de los pasos tomados en los EEUU con este objetivo es
contratar los médicos como plantilla del hospital. Se trata de transformar a
los médicos, que previamente eran independientes, en empleados, y de esta forma
aumentar la influencia del hospital en la toma de decisiones. Este efecto se
puede incrementar aún más ligando directamente el sueldo con la consecución de
objetivos. “Pero los médicos han invertido muchos años en su formación,
mantienen su autonomía profesional” y aprecian “el respeto y la confianza con
la que muchos pacientes todavía les consideran”. Por ello, manejar la plantilla
médica del hospital constituye un verdadero desafío. No es suficiente con
apretarles. “Es necesario hacer más, es necesario entrar en las cabezas y los
corazones de los médicos”.
Y la forma de lograrlo es demostrar a los médicos que no son
tan importantes como ellos se creen que son. Los médicos siguen considerando
“que la relación médico-paciente es el centro del sistema solar de la salud”.
Sin embargo, esto hay que cambiarlo, los médicos deben tener la sensación de
que esta relación se desplaza, y solo son “un planeta periférico”.
Pero “¿cómo puede lograrse este objetivo?” En el documento
que encontró Gunderman se exponía una lista completa de tácticas y estrategias
que han demostrado su eficacia, pero entre las más destacables se incluyen las
siguientes:“Haga que el sistema sanitario sea incomprensible para los médicos.
No es fácil controlar a las personas más inteligentes de este sistema, pero
puede lograrse. Por ejemplo, haga que los médicos dependan de sistemas
complejos que estén fuera de su dominio y de su experiencia, tales como la
tecnología de la información y sistemas informáticos…” “Y aumente su
sentimiento de incompetencia haciendo que estos sistemas sean difíciles de
manejar. Siempre que sea posible, cámbielos frecuentemente”.
“Promueva una sensación de inseguridad entre el personal
médico”. Un médico cómodo es un médico con confianza, y un médico con confianza
en sí mismo resulta difícil de controlar. Para socavar la confianza, es
necesario que conozcan que sus puestos de trabajo peligran y que es probable
que su sueldo disminuya (en España se pueden quitar las peonadas y las guardias).
Despida a uno o más médicos, asegurándose de que se entera todo el personal.
Contrate a sustitutos… Haga que un cierto porcentaje del sueldo sea “variable”.
Así los médicos empiezan sentirse en deuda con la administración del hospital
por lo que ganan”.
“Transforme a los médicos de ‘tomadores de decisiones’ en
‘implementadores de decisiones’. Convénzales de que su juicio profesional sobre
los pacientes particulares ya no es importante… Considere que estas decisiones
son anecdóticas o, simplemente, no están basadas en la evidencia. Hágales
sentir que su función no es valorar los riesgos y beneficios de un paciente
particular según sus conocimientos, sino simplemente aplicar unas líneas guía
de práctica clínica para el cuidado de todos los pacientes. El contratar,
despedir o promocionar deberían basarse en la conformidad con la política y
procedimientos” implementados por el hospital
“Utilice la terminología y los métodos de la industria, de
forma que los médicos se consideren a sí mismos como trabajadores de una línea
de producción, y entonces convénzales de que no están trabajando lo suficiente.
Muéstreles las normas y los parámetros de la industria”, de forma que su
producción resulte insatisfactoria.
“Aumente la responsabilidad de los médicos y, a la vez,
disminuya su autoridad. Por ejemplo, haga a los médicos responsables de la
satisfacción de los pacientes, pero asegúrese de que ésta dependa de otros
factores sobre los que los médicos tengan poco o ningún control, tales como la
tecnología de la información… y el aparcamiento”
. El Dr Miguel Angel Garcia ha escrito este artìculo en la pagina web de AMYTS (ASOCIACION DE MEDICOS Y TITULADOS DE MADRID)
http://amyts.es/des-animar-a-los-medicos/
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