
Hace unos días apareció en la prensa una nota a proposito de la muy respetada nurse jefa de enfermería del London Hospital de Ontario que fue despedida después de largos años de impecable trayectoria
El motivo: reclamar públicamente a próposito de las economías que hacia el hospital al contratar personal no calificado en lugar de nurses con las consecuencias que ello implicaba para la seguridad de los pacientes
http://www.cbc.ca/news/canada/windsor/vanessa-burkoski-fired-london-health-.3644033
Esto no es excepcional dijo la presidente de la Ontario Nurses
Association
Lo vemos en todos los hospitales de la provincia donde las nurses en todos los niveles están inhibidas de hablar por miedo de perder su trabajo
Hace unos días se conoció también por la prensa que se le había abierto un expediente a la Dra Virginia Ruiz, de quien hemos sabido compartir muchos de sus esplendidos blogs.
Una respetada profesional conocida por su compromiso y dedicación a los pacientes
Su pecado: haber reconocido en su blog que los tiempos de espera en su hospital son demasiado largos para los pacientes oncológicos que deben recibir radioterapia
http://noticias.lainformacion.com/salud/enfermedades/cancer/ONCOLOGIA-RADIOTERAPICA-CONSIDERA-EXPEDIENTEN-TRATAMIENTOS_0_928708431.html
Resulta llamativo que nuestros gestores y responsables políticos, en vez de solucionar los problemas derivados de los recortes en sanidad, estén más preocupados en que no se conozcan y en perseguir a quienes piden medidas en beneficio de los pacientes. Cuando hay un problema, se debe en primer lugar reconocerlo y en segundo promover acciones para solucionarlo. Sin embargo, asistimos a una situación en la que la consigna es que lo que no trasciende no existe.
Estas situaciones no son nuevas, ni son excepcionales.
Cada tanto aparece un funcionario que sometido al desgaste cotidiano que implica atender sin recursos a sus pacientes , agotado de pedir ayuda a quienes estan por encima suyo terminan abriendose al publico, denunciando hechos que van en contra de la buena práctica.
Las instituciones reaccionan con fuerza,consideran que se rompió la confidencialidad, que se traiciono la confianza y el empleado infiel debe ser despedido.
Los funcionarios sostienen que lo que les mueve es el compromiso con el paciente, a quien se deben y que no quieren ser complices involuntarios de manejos que comprometen su seguridad y que no garantizan el cumplimiento correcto de sus obligaciones
Estas situaciones no son en absoluto inéditas en la historia de la medicina moderna
Lamentablemente pocas veces ganan los buenos...la historia nos muestra que estos lideres solitarios no suelen ser seguidos por la manada.
Sus colegas se refugian en la seguridad de sus empleos, en el silencio cómplice..no surgen las voces indignadas de quienes comparten los mismos problemas a diario.y poco a poco todo se va olvidando.
Peor aun, considerados peligrosa compañía pueden ser marginados, olvidados
En los paises anglosajones se denominan whistblowers a estos denunciantes, que literalmente significa los que tocan el pito..soplones en nuestro idioma, lo que no deja de tener un tufillo denigrante.
El mas célebre whistblower de la historia es sin duda el Dr Steven Bolsin, el anestesista que denunció la elevadisima, a todas luces inaceptable mortalidad de la cirugia cardiaca en niños que se llevaba a cabo en el Bristol Royal Infermery institucion que la historia se encargó de denominar caritativamente patológica.
Motivada exclusivamente por el lucro y la determinacion de quedar como centro de referencia -como quedo demostrado en la investigacion posterior-resultó que el villano de la historia fue el Dr Bolsin, quien debio emigrar a Australia
El temor a las represalias por efectuar denuncias permitio que se llevasen a cabo durante años diversas atrocidades en el trust de Staffordshire que finalemnte fue objeto de una tardía investigacion.
Ser o no ser, he ahi el dilema.
La historia ha mostrado que el reclamo de un héroe solitario no tiene efecto a menos que sea capaz de movilizar al resto.